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Mi primer tractor, ¿qué debo tener en cuenta?

Los 8 básicos para una compra inteligente

Salvo que seas un romántico de los que están volviendo a realizar labores del campo con caballería, lo habitual es que una de las primeras inversiones a las que te enfrentas como nuevo agricultor o ganadero es la compra de un tractor. Se trata de un herramienta clave, no precisamente barata, cuya elección traer muchas satisfacciones, o muchos disgustos si no se reflexionado bien acerca del uso que se le va hacer, y lo que se espera de él. A continuación exponemos los puntos más importantes a nuestro juicio.

 

  • Versatilidad. En principio la idea es comprar un sólo tractor, que permita hacer todas las tareas o el mayor número posible de ellas. Por tanto, ha de ser un tractor versátil, ya que no tiene sentido comprar dos muy diferentes para distintas funciones. Conviene pensar en las necesidades a medio y largo plazo, sin perder de vista que a veces puede interesar subcontratar determinadas labores.

 

  • Horas de uso. Seamos sinceros, el coste suele determinar la decisión final; y no es lo mismo un tractor de primera, segunda o tercera mano. Al margen de su estado, prestaciones y ergonomía, hay un punto importante a tener en cuenta: las horas de uso, las que lleva acumuladas la máquina y las que previsiblemente vayas a hacerle durante el tiempo que lo tengas. Mientras que los tractores demasiado viejos son más inseguros y pueden dar problemas a la hora de pasar la ITV, los nuevos hay que amortizarlos rápido.

 

  • Coste de uso. Hablando de amortizar, otro factor muy importante, más incluso que el coste de adquisición, es el coste de uso. Un tractor demasiado caro puede que no llegue a amortizarse, pero a veces escatimar en el precio puede a salir más caro a la larga. En este sentido, es interesante considerar el coste de una hora de tractor.

 

  • Gastos de mantenimiento. Y es que en el coste de uso del tractor, los gastos de mantenimiento (cambios de aceite, filtros, neumáticos, etc.) son inevitables dado el desgaste físico y mecánico que experimentan estas máquinas. No llevar a cabo este mantenimiento, o no hacerlo en el momento adecuado, puede suponer gastos mayores por averías, que el tractor dure menos o se deprecie más rápido. Por tanto, la facilidad de mantenimiento es un punto a tener muy en cuenta. 

Taller cercano. Y es que tarde o temprano, el tractor acabará visitando el taller,  por lo que interesa tener un taller cercano.  Aunque este factor va siendo cada vez menos necesario, gracias al desarrollo de buenos talleres móviles, los sistemas de telemetría y la normativa TMR ("Tractor mother regulation"), que obliga a los fabricantes a facilitar el Acceso a la Información de Reparación y Mantenimiento (RMI) a operadores independientes.

 

Características de la explotación. El tipo de trabajos que se vayan a realizar en la explotación, va a condicionar una serie de factores: la potencia (cv/kg), el tipo de tracción y de transmisión, los aperos que se van a utilizar, y resto de elementos de trabajo – sistema hidráulico, toma de fuerza, brazos…Resulta obvio que hacen falta tractores muy distintos para un cultivo extensivo, para un viñedo o para una explotación ganadera; pero para acertar con el modelo que más se ajuste a tus necesidades, una de dos o vas con los deberes hechos antes de visitar el concesionario, o buscas a alguien de confianza al que pedir consejo especializado. 

 

  • Ergonomía. Otro factor importante es la ergonomía, es decir la optimización de las condiciones de trabajo del agricultor. Dependiendo de las horas que pienses estar trabajando en el tractor, merecerá la pena optar por un tractor básico con apenas especificaciones o pagar un poco más para tener una mejor suspensión y visibilidad, y menos ruido y polvo, e incluso una estanqueidad de la cabina que te proteja si haces tratamientos fitosanitarios frecuentes. De nuevo, dependerá del uso que vayas a hacerle al tractor.

 

 

Y ya con todos estos factores a tener en cuenta, toca ponerse a investigar sobre precios y prestaciones. En este sentido, es muy conocida en el sector una iniciativa para aportar transparencia, que puede ahorrar tiempo e incertidumbre a la hora de la compra de un tractor. Y si la inversión para tener un tractor en propiedad sobrepasa tus posibilidades, siempre puedes empezar alquilando o incluso subcontratando, una tendencia cada vez más actual.

Por último un consejo muy tonto, pero nunca se sabe. ¡Cuidado con las dimensiones de lo que compras!, no vaya a ser que tengas que ampliar la puerta o subir el tejado, si quieres que el tractor duerma en el garaje.

 

Antes que nada, conviene aclarar que la normativa considera “jóvenes” agricultores a aquellos con edad comprendida entre los 18 y 40 años; antes eran 35 años, pero la sociedad envejece y en el campo más aún.
Con el fin de año llegan las listas, recopilatorios y repasos varios, y desde “Somos Nuestra Tierra” no vamos a ser menos.
En la actualidad existen ganaderos que han optado por modelos rentables que no pasan por crecer indefinidamente. Y parece que les va bien.