No es extraño por tanto ver en nuestros campos, como se recurre cada vez más a nuevas herramientas diseñadas para afrontar las nuevas necesidades y que aprovechan la infinidad de posibilidades que ofrece los avances tecnológicos actuales. Y es que la multifuncionalidad es también un valor en alza cuando los gastos se tienen que ceñir a la realidad de la explotación agrícola.
El programa de gestión y control de la pulverización llamado Landrooter es un buen ejemplo de un dispositivo capaz de marcar la diferencia en la aplicación de herbicidas en una explotación agraria. Se trata de un software que proporciona herramientas tanto para el trabajo "de oficina" como para el que se realiza a pie de campo. Para concretar un poco más todas sus posibilidades, veamos varios ejemplos reales de lo que puede hacer este programa.
Antes de llevar a cabo la aplicación del herbicida, el gestor o el técnico desde la aplicación web instalada en su ordenador puede localizar las parcelas donde se realizará el trabajo (incluso desde SIGPAC), definir el producto que se va a utilizar e incluso gestionar los trabajadores, los vehículos utilizados, los tipos de actividades y tratamientos que realizarán sobre cada parcela.
Esta aplicación dispone de un asistente para la preparación de mezclas, una funcionalidad que puede resultar muy útil en la práctica diaria del encargado de preparar las mezclas. El asistente considera todos los parámetros para preparar el caldo que se ha decidido utilizar e informa sobre la dosis, la velocidad de avance, el caudal por boquilla, la distancia, etc. De esta manera se evita tratar los cultivos con una dosis inadecuada por exceso o por defecto, o tener que desechar el caldo sobrante.
En campo, el software funciona en una aplicación móvil que se conecta a la máquina pulverizadora MicronSprayers mediante tecnología bluetooth. Esto permite al operario controlar el funcionamiento de la máquina en tiempo real ya que está continuamente informado sobre el estado del equipo, la posición o la velocidad. De esta manera puede visualizar el trabajo que está realizando y corregir cualquier error (algún atasco, velocidad incorrecta…) en tiempo real. Estos errores se avisan mediante luces parpadeantes en el mando de la máquina o chinchetas informativas en el trazado que está visualizando en la pantalla del móvil. Por otra parte, gracias al GPS del teléfono móvil, la aplicación permite verificar que el operario ha pasado por todas las filas de la parcela a la velocidad deseada y aplicando la dosis correcta. Gracias a todas estas funcionalidades, es posible realizar una aplicación correcta y de precisión.
El software incorpora incluso una función START/STOP, que detecta automáticamente cuando el operario entra o sale de la parcela con el equipo. En cuanto entra, el programa se activa y comienza a comunicarse con el operario. Una vez sale de la parcela, el software envía instantáneamente toda la información generada a la plataforma digital para que sea analizada por el técnico. Gracias a esta funcionalidad se evita una pérdida de datos por un olvido del operario.
De vuelta en la oficina, con los datos reales generados durante la aplicación del herbicida, el gestor puede saber con precisión cómo ha ido la labor y disponer de toda la información necesaria para optimizar el trabajo deseado. Y por si fuera poco, con un solo click generar un informe con los datos necesarios para rellenar el cuaderno de campo, lo cual supone también un ahorro de tiempo para el agricultor.
En conclusión, herramientas como Landrooter, facilitan el mantenimiento de los equipos pulverizadores y el control de su funcionamiento. Todo esto permite que las aplicaciones que se llevan a cabo, sean correctas, precisas y productivas, así como una valiosa ayuda al agricultor a la hora de cumplir las exigencias sobre aplicación de productos fitosanitarios. Será más sostenible ambientalmente y controlará los costes de producción contribuyendo a aumentar el rendimiento agrícola, ¿quién da más?