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Conoce los principales bancos de tierras para jóvenes agricultores

Salvo que accedan a tierras en propiedad (el 60%) por vía familiar, a muchos jóvenes no les quedará otra que conformarse con el 30% de la superficie agraria útil en régimen de arrendamiento disponible.

El escaso relevo generacional en la agricultura se ha convertido en un importante reto social, ambiental y territorial. Hasta el punto de que varios objetivos de la PAC - apoyar a los agricultores europeos garantizándoles un nivel de vida razonable, mantener viva la economía rural mientras se conservan sus paisajes - pierden su sentido si desaparecen los actores protagonistas.

Las autoridades españolas también tienen entre sus objetivos el “atraer a los jóvenes agricultores y facilitar el desarrollo empresarial en las zonas rurales”; o al menos eso figura sobre el papel del Plan Estratégico Nacional (PEN) que se está redactando de cara a la PAC post 2020. Una de las conclusiones a las que se llegó tras un exhaustivo estudio es que la dificultad de acceso a la tierra constituye uno de los principales problemas a los que se enfrentan los jóvenes que quieren comenzar a trabajar en el sector agrario.

Hay tres factores importantes que explican en gran parte estas dificultades:

  1.  La menor superficie en propiedad de la que parten,
  2.  la baja movilidad de la tierra
  3. Y su elevado precio.

En otras palabras, salvo que accedan a tierras en propiedad (el 59%) por vía familiar, a muchos jóvenes no les quedará otra que conformarse con el 32,6% de SAU en régimen de arrendamiento disponible. Esto se debe en parte a la baja movilidad de la tierra, tanto para la compra-venta como para el arrendamiento.

Un aspecto sociológico que también dificulta la movilidad de la tierra es la falta de conexión entre oferentes y demandantes. Afortunadamente, frente a este problema existe una solución relativamente sencilla: la puesta en marcha de bancos de tierra. Estos, resumiendo mucho, son entidades generalmente públicas que ejercen de mediadoras entre los propietarios de fincas rústicas y los agricultores. Dado que habitualmente se trata de tierras con cierto grado de abandono, su puesta en cultivo requiere mayores inversiones por parte de los adquirientes o arrendatarios. Pero a pesar de ello, estos bancos contribuyen a aumentar la oferta de tierras disponibles ya que constituyen una vía para la recuperación de tierras abandonadas.

La iniciativa para crear bancos de tierras suele partir de entidades públicas ligadas al territorio como son las comunidades autónomas, comarcas y municipios. Te explicamos los más destacados:

Existen también iniciativas privadas, como es el banco de tierras Red Terrae. Este tiene un ámbito estatal y supone una interesante opción para los interesados en la agroecología. Las comunidades que tienen los bancos de tierras más desarrollados y activos son Cataluña, Galicia, C. Valenciana y País Vasco.

  • Cataluña.  Los jóvenes que quieran comenzar su "carrera" agraria en Cataluña tienen ante ellos una gran variedad de iniciativas. Para empezar, el propio gobierno autonómico quiere acabar con el abandono paulatino de tierras mediante el “registro de tierras en desuso” en el que la Generalitat ejercerá como intermediario entre propietarios y arrendatarios. Pero actualmente ya están en marcha iniciativas públicas a nivel municipal, comarcal e inter-comarcal (Banc de Terres en Xarxa de la Diputació de Barcelona, D’Ebrebiosfera, Priorat, Terres de l’Ebre y Baix Camp). De la unión reciente de estos bancos de tierras para ayudarse y brindarse apoyarse mutuo ha surgido el interesantísimo modelo de Banc de Terres capaz de aportar valor añadido a los usuarios de este servicio en forma de intermediación o apoyo técnico entre otros aspectos. A nivel privado no podemos olvidar las iniciativas de la asociación Terra Franca y de la Escola de Pastors de Catalunya.
     
  • Galicia. En el otro extremo de la península, Galicia cuenta con el Banco de Tierras de Galicia, creado por la Consellería de Medio Rural y actualmente Gestionado por la Agencia Gallega de Desarrollo Rural (Agader). Este, además de ejercer la clásica función mediadora busca dar confianza y seguridad en la gestión y en el uso de las fincas. Para aquellos interesados, el Sistema de Información de Terras de Galicia (SITEGAL) permite consultar las parcelas disponibles y realizar parte de los trámites necesarios a través de Internet.
     
  • La Comunidad Valenciana por su parte ha apostado por la creación de una red de oficinas gestoras de tierras que consolide y respalde las experiencias de bancos de tierras que ya existen en distintos municipios de esta Comunidad. En los 26 municipios que han creado sus propios banco de tierras los Ayuntamientos se limita a la gestión administrativa y a facilitar el contacto entre propietarios e interesados. Como curiosidad hasta la propia ciudad de Valencia tiene su Banco de Tierras Agrícolas. Una iniciativas a nivel comarcal también destacable es el Banco de Tierras de la Comarca De L’Horta Nord (Valencia).
     
  • Cerrando este grupo tenemos al País Vasco, que en su Ley 17/2008 de Política agraria y alimentaria, reguló la creación y funcionamiento de estos bancos. Esta posibilidad la aprovechó la Diputación Foral de Bizkaia para poner en marcha el suyo propio. Así, desde 2011 el Fondo de Suelo Agrario ha facilitado terreno a 52 profesionales del sector primario, tanto para incorporarse como para ampliar sus explotaciones.
  • En un segundo nivel, cabria citar otras comunidades que, a pesar de disponer del instrumento legal que contempla la figura y gestión de los bancos de tierra, estos apenas se han desarrollado o tienen un alcance limitado.

  • En las Islas Baleares por ejemplo existen bancos municipales en Manacor e Ibiza y el mismo ayuntamiento Palma de Mallorca ha presentado también su propio proyecto.
     
  • La comunidad murciana aprobó en 2016 las bases que regulan el Banco de Tierras de la Huerta de Murcia. Se trata de un registro administrativo que permite al Ayuntamiento de Murcia poner en contacto a potenciales arrendadores y arrendatarios de parcelas agrícolas en desuso o que no puedan ser atendidas por sus propietarios.
     
  • Extremadura por su parte inició en octubre de 2018 un proyecto piloto de Bolsa de Tierras de Regadío de Extremadura (BOTREX). Dicho proyecto está adscrito a la Secretaría General de Desarrollo Rural y Territorio y busca fomentar el uso y aprovechamiento de fincas de regadío.
     
  • Por último, Castilla y León tiene su propio proyecto de Banco de tierras pero aún sin desarrollar. Mientras se constituye oficialmente, la Consejería de Agricultura está formalizando convenios con ayuntamientos y juntas vecinales para ceder el uso de las tierras sobrantes de los procesos de concentración parcelaria manteniendo las mismas prioridades que el futuro Banco de Tierras (jóvenes agricultores, mujeres y entidades asociativas). A día de hoy, además de existir el Banco de Tierras de El Bierzo, se han suscrito convenios en Burgos, León, Ávila y Valladolid.

En conclusión, si eres un joven que está buscando tierras donde asentarte y comenzar tu proyecto agrario o ganadero, esperamos que esta entrada te haya resultado útil a la hora de planear tu futuro. Puedes encontrar mucha más información en el documento "Estudio sobre el acceso a la tierra".

Antes que nada, conviene aclarar que la normativa considera “jóvenes” agricultores a aquellos con edad comprendida entre los 18 y 40 años; antes eran 35 años, pero la sociedad envejece y en el campo más aún.
Con el fin de año llegan las listas, recopilatorios y repasos varios, y desde “Somos Nuestra Tierra” no vamos a ser menos.
En la actualidad existen ganaderos que han optado por modelos rentables que no pasan por crecer indefinidamente. Y parece que les va bien.